El beneficio de los Límites

Juanfran Díaz
26 de Abril de 2022

Nos hemos acostumbrado a relaciones carentes de Límites: bien porque invades a la otra persona sin darte cuenta o bien porque te sometes anulando tus necesidades.

El obstáculo generalizado es la dificultad para expresar lo que se quiere o no: resulta incómodo o violento manifestar que algo de la relación no te gusta o no es como quisieras, así como pedir lo que sabes que quieres o te apetece, pero te quedas callado esperando...

A menudo esta dificultad se refleja con justificaciones: “No puedo decirle que no me gusta el sexo con él, si es tan atento y generoso” o “Se sentiría muy mal si le digo lo que pienso, total, no tiene importancia”.

También otra forma es dejar que el otro adivine lo que quieres, como si tuviera que saber tus gustos y preferencias.

Se confunden también los roles de dominante y sumiso por su delgada línea entre abuso y maltrato.

Los Límites tienen una función clara de determinar el contexto en el cual te sientes cómodo, apreciado y considerado. Conocer estos Límites es tu responsabilidad para que, cuando te relaciones con los demás, sepas aplicarlos.

Al relacionarte con alguien se juntan las distintas concepciones de Límites que cada uno tiene. Por eso es útil aclararlas y crear un espacio conjunto donde los Límites estén claros para ambos.

No tienes que estar en alerta todo el tiempo, aunque sí detectar cuando algo no te agrada o te está incomodando, y poder expresarlo con naturalidad y claridad.

En el juego de roles será especialmente necesaria esta claridad, para que todo lo que suceda sea Consentido por ambos.

Los Límites son las fronteras de tu Amor Propio, por lo que mereces conocerlos, expresarlos y defenderlos.
Tanto cuidas tus Límites, tanto te amas y te respetas a ti mismo.

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